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El Canal de Panamá enfrenta desafíos logísticos y nuevos patrones de comercio

  • Redacción DPE
  • 10 feb
  • 2 Min. de lectura
Canal de Panamá
Canal de Panamá

El Canal de Panamá, uno de los pasos estratégicos más importantes para el comercio global, está experimentando una disminución en el tránsito de buques. Según datos recientes del Consejo Marítimo Internacional y del Báltico (Bimco), la capacidad de carga que ha cruzado la vía interoceánica entre septiembre de 2024 y enero de 2025 fue un 10% inferior a la media registrada entre 2019 y 2022.

Factores detrás de la disminución

Aunque no existen restricciones actuales para el tránsito de embarcaciones, sectores como los graneleros secos, los transportistas de gas natural licuado (GNL) y los petroleros muestran dificultades para retomar sus niveles históricos de actividad. Esta situación se debe, en parte, a cambios en las rutas comerciales y a los efectos rezagados de las restricciones implementadas entre junio de 2023 y septiembre de 2024, motivadas por la baja de los niveles del lago Gatún, fuente principal de agua para las esclusas del canal.

Durante ese período, se impusieron límites tanto al calado de los buques como al número de tránsitos diarios, lo que generó una fuerte competencia por las franjas horarias de paso. Si bien los portacontenedores, que suelen operar con horarios predefinidos, lograron mantener su acceso al canal, otras embarcaciones tuvieron que recurrir a costosas subastas para asegurar su cruce.

Impacto en las rutas y el comercio

La situación ha llevado a muchos transportistas a optar por rutas alternativas, como rodear el Cabo de Buena Esperanza en África o el Cabo de Hornos en Sudamérica. Esta decisión, aunque implica mayores tiempos de navegación, ha sido vista como una opción más confiable debido a las restricciones y costos asociados con el Canal de Panamá.

El sector de graneles secos ha sido particularmente afectado. Estados Unidos, uno de los mayores exportadores de cereales que utilizan el canal, ha incrementado sus envíos desde puertos de la costa oeste hacia el Pacífico, evitando la vía interoceánica. Esta tendencia ha llevado a un aumento del 21% en los envíos desde esa región, mientras que las exportaciones desde el Golfo de México han caído un 6%.

Desafíos para el transporte de GNL y otras cargas

El transporte de gas natural licuado también enfrenta complicaciones. La limitada disponibilidad de franjas horarias y la prohibición de tránsitos nocturnos han hecho que las rutas alternativas sean preferidas por las navieras. Esto ha generado una disminución considerable en el tránsito de estos buques por el canal.

En contraste, los cargamentos de graneles menores, como acero y fertilizantes, han mostrado una recuperación, acercándose a los niveles anteriores a las restricciones. Además, los tránsitos de portacontenedores y buques de transporte de automóviles ya superan cifras históricas, mostrando signos de crecimiento sostenido.

Perspectivas a futuro

A pesar de los desafíos actuales, los analistas esperan una recuperación progresiva en el uso del canal. Sin embargo, sectores como el de graneles secos enfrentan un panorama más complejo debido a la creciente competencia de Brasil en la exportación de cereales y la disminución de la demanda de carbón a nivel global.

El Canal de Panamá sigue siendo una infraestructura vital para el comercio mundial, pero su capacidad para adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes y a las nuevas dinámicas comerciales será crucial para mantener su relevancia en los próximos años.

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