Acciones conjuntas de la Armada de Ecuador y la Guardia Costera de EE. UU. dan resultados
- Redacción DPE
- 26 ago
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Ecuador refuerza su rol en la lucha contra el narcotráfico marítimo con un nuevo operativo de alto impacto.
En el mapa global del narcotráfico, Ecuador ha adquirido un protagonismo inquietante. Su ubicación entre Colombia y Perú —los dos mayores productores de cocaína del mundo—, sumada a una economía dolarizada y una infraestructura portuaria robusta pero vulnerable, lo convierten en un nodo logístico codiciado por redes criminales transnacionales. Los puertos de Guayaquil, Manta y Esmeraldas, con sus miles de contenedores en tránsito diario, son tan estratégicos como expuestos. A pesar de los esfuerzos institucionales, las rutas marítimas siguen siendo terreno fértil para el tráfico de sustancias ilícitas, especialmente en zonas de altamar con la vigilancia limitada y en que la capacidad de interdicción aún enfrenta desafíos operativos.
En este contexto, el Estado ecuatoriano ha intensificado sus acciones de control y cooperación internacional. Entre el 2 y el 22 de agosto, se ejecutó un operativo conjunto entre la Armada del Ecuador y la Guardia Costera de Estados Unidos que logró la incautación de 10,3 toneladas de cocaína en aguas internacionales frente a las costas de Manabí. La droga, distribuida en seis embarcaciones tipo lancha rápida, tenía como destino final los mercados de México y Estados Unidos. Las embarcaciones fueron destruidas en el marco del operativo y los 18 ciudadanos ecuatorianos que las tripulaban fueron detenidos y entregados a las autoridades en el puerto de Manta.
El valor estimado de la droga incautada supera los 60 millones de dólares en el mercado internacional, lo que convierte este operativo en uno de los más significativos del año. Con este golpe, Ecuador reafirma su compromiso en la lucha contra el narcotráfico, aunque también evidencia la magnitud del desafío: solo en el primer semestre de 2025, el país ha decomisado más de 105 toneladas de droga, y en 2024 alcanzó un récord histórico de 300 toneladas, posicionándose como el tercer país con mayor volumen de incautaciones a nivel mundial.
Más allá de las cifras, el operativo revela la urgencia de fortalecer los sistemas de control marítimo, mejorar la trazabilidad portuaria y consolidar alianzas internacionales que permitan enfrentar un fenómeno que trasciende fronteras. Los puertos ecuatorianos se tornan fronteras estratégicas cuya seguridad incide directamente en la estabilidad regional.
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